domingo, 20 de diciembre de 2015

Star Wars VII: Luz y Oscuridad



“Cuando oigas a un niño preguntar por qué el Sol viene y se va,
dile porque en esta vida no hay luz sin oscuridad”

Han pasado diez años desde que mentalmente diéramos carpetazo a Star Wars con La Venganza de los Sith, la película que cerraba el círculo en la historia del personaje de Anakin Skywalker / Darth Vader. La tercera trilogía nunca parecía que iba a hacerse realidad entonces y ha tenido que ser la todopoderosa Disney quien nos haya traído esta suerte de secuela a las grandes pantallas. A estas horas supongo que habrá batido ya todo tipo de récord de recaudación mundial, que a fin de cuentas es el objetivo de Disney.

J.J. Abrams tras su existoso reinicio con la competencia galáctica es el encargado de hacernos volver a vivir aventuras espaciales. Y parece que esta frase le ha marcado mucho: volver a vivir aventuras espaciales.



[SPOILERS DE STAR WARS VII: EL DESPERTAR DE LA FUERZA]

He sido siempre un gran fan de Star Wars. Todo lo que lo envuelve me atrae: espacio, aventuras, personajes imposibles, diseño, música, lore. Es mi saga la cual me alegra compartir con muchísima gente. Gracias George cuando pese a que te trataran como un loco en los 70 crearas esta gran obra, aunque la deslucieras con los episodios I-III. No dejaré de recomendar la serie de animación The Clone Wars, mucho mejor que las tres películas.

Fecha marcada en rojo. Entradas compradas con más de un mes de antelación en el centro geográfico de la sala. Camiseta de la First Order puesta. Nervios. Y mucha emoción, se me saltan las lágrimas en los compases iniciales con las por todos conocidas letras amarillas ascendentes. Luke no está. No había que ser un genio para haberse dado cuenta que no aparecía por ningún lado en las promociones, así que efectivamente había que buscarlo.

Y ahora comienza una suerte de que el espectador comience a encajar piezas por su parte, porque a la película le falta como 15 párrafos de texto inicial para dar un contexto. No sé muy bien de qué se enterarían las criaturas y padres de la sala. Por un lado tenemos a la República que se instaura tras la caída del Imperio en El Retorno del Jedi. Si sigue el Senado en Coruscant o cuál es la relevancia y magnitud en número de sistemas adheridos a esta República es una incógnita que se obvia. Por otro tenemos a la Primera Orden recogiendo los vestigios del Imperio, con un malo malísimo intelectual holográfico (me da que en realidad no pasará del medio metro de altura cuando lo veamos) que no sabemos de dónde sale ni qué quiere, un malo malísimo fuerte en la Fuerza con Kylo Ren que tampoco da la sensación de saber qué está haciendo y un malo malísimo ejecutor con el General Hux. El Imperio nunca necesitó de un líder gritón para imponer miedo. Eso sí, todo aderezado con una iconografía perfecta. Los soldados de la Primera Orden y la capitana Phasma sueltan carisma en cada secuencia.


Cuando parece que todo está en orden, resulta que existe el ente llamado la Resistencia (¿a qué?). Ocupa el papel que en teoría debería tener la República, la cual no sabemos si la han destruido con los 6 planetas volados por los aires o sigue teniendo consistencia. Me niego a creer que la super flota de la Resistencia se reduzca a una veintena de cazas.

Técnicamente la película es muy buena. Sin miedo digo que tiene la mejor fotografía de todas. Esto es impagable:



La película se va desarrollando sin pausa, presentando los personajes por fases más o menos acertadamente. Mucha parte del de dónde salen y qué les mueve tenemos que suponerlo; pero es posiblemente el personaje que más me ha gustado y misterio conlleva por conocer su origen y afinidad a la Fuerza innata. Finn, el joven que solo agoniza en los primeros 20 minutos de filme sin mediar palabra, tiene un papel extrañamente chistoso en vez de traumado para haber desertado recién de la organización más maligna de la galaxia. Volver a ver al Han Solo bribón con un Chewie para pocos trotes en acción ha sido como volver a Tatooine pero no a Endor. La razón de la separación de Leia y Han por la traición de Kylo en el templo Jedi no me ha parecido convincente ni de lejos. ¿Y qué le mueve a Kylo? Ni él lo sabe. Muy poco respeto para el Lado Oscuro, siempre maquinador en las sombras, no mostrando dudas.
Todo esto nos lleva a que BB8 es simplemente la mejor creación, pues transmite más con sonidos y movimientos que unos cuántos actores.

La película tiene varios problemas. El principio es muy motivante para el espectador, arrollador y atractivo en efectos y persecuciones estelares pero en la segunda parte los guiños y cameos conforman una especie de popurrí de homenajes, como si Abrams no supiera o quisiera arriesgar en crear algo nuevo. Al final daba la sensación de que muchísimas cosas ya se habían visto: la cantina, el escondite en el Halcón, el apresamiento y el rescate, el ataque al punto débil de la megaestructura, la caída de escudos, el truco mental Jedi aprendido de la auténtica nada (si Yoda levantara cabeza…).
Por otra parte, la banda sonora pasa desapercibida. ¡He salido del cine sin saber cuál es el tema principal! Esto al menos en las precuelas se salvaba con Duel of Fates y similares, pero aquí me ha dejado desconcertado. 

La obligación de tener una pelea con sables es absurda, lo normal es que o se hubieran cortado tanto Finn como Rey la cabeza ellos solos por mero desconocimiento o un ¿aprendiz? Sith les ventilara en instantes con sus años de formación. Hemos pasado de un arma que requiere años de técnica a coger, empuñar y pelear. Esto necesita un poco más de seriedad.

Espero que para el Episodio VIII Abrams se quite el corsé de homenajes y dé vía libre al desarrollo de los personajes. Tiene los ingredientes y con su talento confío en que haga una gran obra para la saga, pues para sus jefes de Disney el éxito está garantizado. ¿Qué vamos a hacer pues si no, más que debatir y seguir alimentando a nuestra saga? Amor incondicional, pero no hace falta que nos traten como subnormales. Ahora a esperar a la próxima entrega de BB8 y sus amigos, esperemos que con más luz que oscuridad.